sábado, 28 de março de 2009

Libera tus buenos pensamientos

Tu forma de pensar define quién eres y cómo actúas. Desecha los malos pensamientos para tener una vida dichosa en el Señor.
Los pensamientos son parte de nuestra esencia como seres humanos. Tener la capacidad de pensar es un regalo de Dios
hacia nosotros que somos sus criaturas más preciadas. Por lo tanto, es importante analizarlos y dominarlos.

Todo lo que el hombre hace tiene su origen en un pensamiento. Escoge lo que quieras, cualquier invento, creación y teoría, desde las más elementales como el descubrimiento del fuego, hasta las exploraciones del espacio exterior han nacido de un pensamiento. También los eventos más terribles son consecuencia de una idea que se concretó. El Holocausto durante la Segunda Guerra Mundial que exterminó a millones de judíos y las peores armas de destrucción masiva son producto de la mente y voluntad del hombre. Los pensamientos tienen un inmenso poder.

Eres lo que piensas:

En Proverbios 23:7 leemos: Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él.

Este versículo nos confirma que somos lo que pensamos. Hablamos, sentimos y actuamos conforme nuestros pensamientos y la suma de ellos es lo que todos perciben de tu persona. Alcanzas los objetivos que tu mente permite. Para ser mejores cristianos debemos mejorar nuestros pensamientos. Tu país necesita ciudadanos que piensen y actúen con excelencia.

Un pensamiento es como un pollito que se gestó dentro de un pequeño huevo. Cuando nace y sale a luz ya no hay nada que lo pueda parar. Inevitablemente tiene consecuencias de pecado o éxito, dependiendo de su naturaleza.

Filipenses 4: 8 nos comparte: Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.

La Biblia es clara y nos enseña qué pensamientos deben ocupar nuestra mente. Solamente lo verdadero, honesto, puro, justo y amable debe tener espacio en nosotros. Si piensas en algo injusto serás injusto, por el contrario, serás honesto si tus pensamientos lo son. Te conviertes en lo que piensas. No hay posibilidad de equivocarse, la Palabra nos orienta y ayuda. Mi esposa sabiamente se apoya mucho en este versículo. Cada vez que le consulto, ella me responde: “si lo que tienes en mente no es puro, justo y verdadero, ni siquiera lo pienses, no pierdas tu tiempo”.

Sin embargo los pensamientos surgen en nuestra mente y es fácil dejarse dominar por aquellos poco constructivos. Hay dos tipos de pensamientos, los buenos y los malos. La clave está en aprender a controlarlos. El Señor le apunta a nuestros pensamientos porque sabe que ser mejores depende de ellos. La mente de Dios, lo que Él es y cree para nosotros está en la Palabra, aliméntate de ella.

Los pensamientos están dentro de cada uno, no los vemos pero Jesús los conoce. Por el contrario, el diablo no tiene acceso a ellos, él debe esperar a que surjan para conocerlos, atraparlos y utilizarlos para destruirte. Una vez coincidí con un familiar de mi esposa y su acompañante femenina en un lugar público. Al principio él no me vio, pero yo sí podía observar sus gestos y expresiones de cariño. Intrigado los seguí e hice evidente mi presencia, esperando su reacción. Cuando reparó en mí, de inmediato se acercó y reconocí a su esposa. Me avergoncé de haber pensado y juzgado mal, así que en mi interior le pedí perdón. Tiempo después recibí una cucharada de mi propia medicina. Soy muy cuidadoso de no ministrar a ninguna mujer sin la presencia de otra persona. Evito las situaciones que puedan ser mal interpretadas. Aún así, las oportunidades de malos pensamientos se dan. Cierta vez, mi hermana me invitó a desayunar a un restaurante muy concurrido para compartirme algunas cosas. Mientras conversábamos, ella empezó a llorar. Cuando yo la consolaba noté que un miembro de la iglesia, muy sorprendido, nos veía con insistencia. Así que de inmediato fui a saludarlo y a presentarle a mi hermana para evitar confusiones.

Dale siempre a todos el beneficio de tu mente positiva. Alégrate del éxito del prójimo, no seas como las personas mezquinas que se llenan de amargura por la prosperidad de los demás. Erradica los malos pensamientos de tu mente.

Para pensar bien:

Romanos 8:5 dice: Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu.

Los pensamientos tienen que ver con la presencia o ausencia del Espíritu. Entrégale tu cuerpo y mente al Señor para ser una persona que piensa y vive por Él y no por la carne.

Mateo 15:19-20 recuerda: Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias que contaminan al hombre.

La otra clave está en tomar conciencia de lo que habita en tu mente, además de comprender que junto a un mal pensamiento hay otro bueno. Ambos están puestos en ti y tienes la capacidad de controlarlos. Un asesinato puede detenerse porque nace en el corazón y mente de alguien. Antes de manifestarse puede ser atrapado y desechado. Recuerda que tanto los pensamientos buenos como los malos nacen en el mismo lugar. El consejo es no dejar salir los malos y liberar solamente los buenos.

La palabra pensamiento viene de la raíz “shaár” y significa “actuar como portero” que en inglés se dice “doorkeeper”. En otras palabras, dentro de tu mente puedes actuar como portero.

En Efesios 4:23 leemos: y renovaos en el espíritu de vuestra mente.

El Espíritu de Dios puede ser tu “portero”. Si así lo quieres, debes renovar tu mente y fortalecerla en el Señor. La iglesia es una escuela de buenos pensamientos. Cada vez que te alimentas de la Palabra debes ser capaz de cambiar y mejorar tu forma de proceder.

Pensamientos cautivos:

2da. de Corintios 10:4-5 dice: porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo.

En tu corazón y mente se libra una fuerte batalla entre los buenos y malos pensamientos. Lucha por ganar ese territorio de tu ser interior para Cristo que te dio la capacidad de poner en cautiverio aquello que no te hace crecer. El objetivo es erradicar los malos pensamientos y dejar ese espacio solamente para los buenos.

El arma infalible es tener puesta la mente de Dios y tomar Sus pensamientos. Somete las malas ideas y cautívalas para que no salgan, enciérralas bajo llave y con candado. Además, libera las buenas ideas que tienes guardadas. Si estás enfermo y quieres salud, piénsalo para lograrlo. Si adoptas al Espíritu como tu portero y lo alimentas con la Palabra ganarás la batalla, tú tienes la llave de tu mente, entrégasela.
Pensamientos positivos:

Mateo 9:20-21 dice: Y he aquí una mujer enferma de flujo de sangre desde hacía doce años, se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto; porque decía dentro de sí: Si tocare solamente su manto, seré salva.
Ella liberó su pensamiento de sanidad y fue salva. La diferencia entre la salud y enfermedad, la pobreza y riqueza está en tu mente. Demuestra tu fe y libera tus pensamientos positivos. Sólo creyendo lograrás todo lo bueno que Dios tiene guardado para ti.

En Proverbios 21:5 leemos: Los pensamientos del diligente ciertamente tienden a la abundancia; mas todo el que se apresura alocadamente, de cierto va a la pobreza.


Piensa en ser próspero, bueno y sano. Tu mente tiene la capacidad de convertir lo malo en bueno. Tus hijos y tu matrimonio serán buenos si lo piensas así. No dejes que la idea de crisis te domine. Siempre hay oportunidades para mejorar. Acorrala y encadena tus malos pensamientos, no los alimentes y morirán sin afectar a nadie. La Biblia dice piensa en abundancia y ésta vendrá. Los buenos pensamientos se comparten, los malos se desechan.

1ra. de Corintios 2:16 dice: Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo.

Tú y yo tenemos la mente del Señor y nuestros pensamientos deben ser los de Él. No lo olvides, ponle candado a tus malos pensamientos. Es difícil pero los frutos no se harán esperar.

Abre tus ojos y mira al cielo, pídele al Señor que alimente tu espíritu con Su Palabra y sea el guardián de tu mente para obtener la victoria. El pensamiento correcto es depender totalmente de Dios. Entrégale tu vida para que renueve tu mente.

by Pastor Jose Antonio Putzu

sexta-feira, 27 de março de 2009

O Bem Permanente.

Um dos sentidos da palavra “permanente” é: que permanece ininterruptamente, sem limite de tempo. Isso certamente se aplica a Deus e Sua bondade. Porém, quando lutamos para vencer alguma forma de discórdia, ficamos às vezes tentados a crer que o bem não mais está presente e que temos de orar com fervor para que volte à nossa vida. Esse ponto de vista é exatamente o oposto do que o Cientista Cristão usa para resolver seus problemas.
A Ciência Cristã ensina o fato libertador de que Deus, o Amor divino, nunca está ausente. Sendo Verdade, Deus é irreprimível, insubstituível, está sempre à mão para que O reconheçamos e a Ele cedamos, com resultados sanadores. Se assim não fosse, o cristianismo não seria ciência confiável, mas adivinhação, o que significaria que nossas orações poderiam ser respondidas, ou não. Um sofredor que apelasse a Deus, não teria certeza de obter o socorro pedido. No entanto, Deus é Verdade e Amor onipresente, onipotente, e Ele nos atende. Uma convicção absoluta desse fato assegura a ansiada liberdade.
A Ciência do cristianismo é confiável e infalível. Nunca muda. Ora, temos de saber disso a fim de demonstrá-lo e ver que tudo o que sugere a ausência de Deus e Sua harmonia é fictício e, portanto, insubstancial e destrutível. A Sra. Eddy o diz em Ciência e Saúde: “Já que Deus está em toda parte e inclui tudo, como pode Ele estar ausente ou sugerir a ausência da onipresença e da onipotência?”
Em vista da presença perene de Deus, não temos de buscá-Lo ansiosamente e pedir-Lhe que volte. Deus nunca nos deixou, nem por um instante. Cada dia de nós é, na verdade, Seu reflexo espiritual e assim não pode estar separado dEle e de Sua bondade. O homem coexiste com Deus, seu Princípio divino ou Mente criadora, através da eternidade. A Verdade divina, quando percebida, atende a cada chamado. Lemos em Jeremias: “Acaso sou Deus apenas de perto, diz o Senhor, e não também de longe?”
A Sra. Eddy não só reconheceu a inseparabilidade de Deus e do homem, Pai e filho, mas também viu esse relacionamento como coexistência. Deus é o criador, mas não pode existir sem Sua manifestação, o homem espiritual, assim como o homem não pode existir sem Deus, sua causa contínua.
Um hino afirma: “Não mais preciso, ó Deus, Te implorar, /Comigo sempre hás de habitar.” Se pensarmos estar separados do Amor divino, temos de ater-nos à verdade da presença permanente de Deus.
Na Bíblia, Jacó evidentemente achou-se separados do bem ao lutar com a apreensão e o desespero, antes de seu encontro com o irmão que ele havia enganado de forma vergonhosa. Ciência e Saúde diz: “Jacó estava só, lutando contra o erro---combatendo um conceito mortal de que a vida, a substância e a inteligência existem na matéria com seus falsos prazeres e dores---quando um anjo, uma mensagem da Verdade e do Amor, lhe apareceu e lhe tocou o tendão, ou força, do seu erro, até que Jacó reconheceu a irrealidade do erro; e a Verdade, que desse modo foi compreendida, deu-lhe força espiritual neste Peniel da Ciência divina”.
Sem dúvida, é impossível que o filho de Deus esteja separado dEle. E podemos perceber isso, não importa quão difícil pareça a situação humana. O reconhecimento de que é só o pensamento falso que tem de ser corrigido (e de que as mensagens angelicais de Deus estão sempre presentes para produzir a correção), fortalece o desejo de perseverar até a vitória. Jacó perseverou e, como resultado, ele e o irmão se reconciliaram com alegria.
O que sempre se requer é perceber que o bem é permanente. Não temos de buscar a Deus em algum lugar para que venha nos ajudar. Só temos de elevar o pensamento e perceber Sua presença reconfortante, bem aí onde o problema parece estar. Aprendi a fazê-lo numa ocasião em que me senti privada do bem sob a forma de um lar feliz.
Após a venda da casa em que vivera confortavelmente com uma amiga, tive de mudar-me temporariamente para um local cheio de restrições e abaixo do padrão a que me acostumara. Naquela época eu trabalhava num escritório e passava o dia fora, mas não gostava de pensar em voltar ao meu quarto à noite, embora ficasse agradecida pelo abrigo que oferecia.
Algumas semanas após minha mudança, convidei uma amiga e o marido desta a me visitarem. Uma sugestão de minha amiga alertou-me para a necessidade de eu estabelecer um melhor conceito de lar no lugar em que me encontrava, ainda que aparentemente humilde e inadequado. Passei a afirmar a presença de Deus ali mesmo onde eu estava e a apreciar o que tinha, pondo até mesmo alguns quadros nas paredes de meu quarto pequeno e simples. Em breve, foi-me oferecido um apartamento espaçoso, em local mais conveniente. A necessidade fora atendida graças ao meu reconhecimento obediente da presença contínua de Deus, não afetada por circunstâncias alteradas.
Seja em falta de lar ou de saúde, o reconhecimento de que o bem espiritual é permanente corrige a situação. Deus perpetua em seu reflexo, o homem, todas as idéias e qualidades corretas e úteis, que constituem o próprio ser do homem. A saúde verdadeira nunca falta, pois é uma qualidade espiritual permanente e não uma condição física. A cura apenas manifesta o claro reconhecimento do reino eterno da harmonia no homem de Deus. Tudo isso ajuda-nos a compreender como Cristo Jesus curava instantaneamente. Se o bem pudesse de fato ficar perdido e após ser recuperado, sua restauração envolveria um processo de tempo; mas uma compreensão clara da continuidade e atividade ininterruptas do bem espiritual (compreensão que Jesus expressou de modo tão perfeito) faz com que as curas rápidas sejam não só possíveis, mas inevitáveis. É fato espiritual que a onipresença do Amor impossibilita a existência da carência, da tristeza, da solidão ou de qualquer outra discórdia. Exatamente onde esses erros parecem estar, está o aspecto específico do bem que eles alegam ter invertido.
O brilho incessante do sol no espaço simboliza a perpetuidade do bem. Quando as nuvens obscurecem temporariamente à vista humana os raios do sol, uma criança talvez pense que o sol foi embora. Da mesma maneira, quando algum mal obscurece a luz espiritual, talvez creiamos que Deus não está mais presente. Quão alerta temos de estar para nunca aceitar tal sugestão errônea! O Amor divino está sempre proclamando: “Eu sou Tudo”.Com reconhecermos humildes e gratos esse fato, desfazem-se as nuvens do erro. A presença perpétua do bem torna o mal impossível. Quando reconhecido como impostor, o mal fica destituído do poder de até mesmo aparentar governar nossas vidas.
“O Amor divino tem o propósito de ressuscitar a compreensão, e o reino de Deus, o reino da harmonia que já está dentro de nós”, escreve a Sra. Eddy. Que sensação de liberdade nos advém, ao sabermos que a harmonia está à mão, só aguardando nosso reconhecimento!


( Mary Barners )

quinta-feira, 26 de março de 2009

Manisfestando A Vida Infinita

O corpo físico não pode se aproximar da Imagem Verdadeira por meio de jejum ou outro método qualquer de autonegação. Não podemos espiritualizar a carne eliminando dela algo material. A espiritualização da carne só é possível pela espiritualização de nossos pensamentos, persistindo na ideia de que somos todos Realidade espiritual. Seremos capazes de espiritualizar todo o nosso ser na extensão em que nos tornarmos mais convictos do fato de que a Imagem Verdadeira é Espírito. Assim, enquanto nossos gostos não se modificarem naturalmente, enquanto os desejos por conforto material não se forem por si, podemos continuar dando ao corpo todo o conforto e beleza que ele possa desfrutar, sem privá-lo de algo que o torne mais completo. Não há necessidade alguma de nos privarmos das coisas boas pertencentes ao mundo exterior. As práticas de autoflagelação não são seguidas pela Seicho-no-Ie. Nós simplesmente acrescentamos bons pensamentos ao nosso mundo interior. Com este método, aumentamos o poder espiritual do interior e fazemos com que o homem fenomênico se torne um reflexo mais perfeito da Imagem Verdadeira, além de adquirirmos um domínio maior neste mundo da atualidade.
Qualquer região do corpo sofre uma modificação nas condições físicas, quando há uma mudança dos pensamentos que mantém aquela parte. Se alguma condição de doença aparecesse na carne, significaria que o nosso pensamento referente àquela área estaria doente. Se infundirmos a região com pensamentos da Verdade e a despertarmos, o corpo começará a melhorar, graças ao poder da Imagem Verdadeira existente no âmago da forma física. Quando o poder da Imagem Verdadeira é revelado, o corpo começa a se recuperar sob o estímulo deste poder da Imagem Original. O poder da Imagem Verdadeira é infinitamente superior ao poder do erro. Quando a mente é conscientizada de sua Imagem Verdadeira, é natural o aparecimento da saúde perfeita na carne. Se nós despertarmos profunda e nitidamente para a natureza verdadeira do ser, a vitalidade do corpo se tornará realmente pronunciada. As mudanças resultantes do desenrolar da Imagem Verdadeira sempre ocorrem para melhor. Isto porque a Imagem Verdadeira é Deus, e é infinitamente perfeita. Portanto, conhecer a Imagem Verdadeira, mesmo em pequena proporção, fará com que muitas coisas boas se materializem no mundo exterior.
Há pessoas que acreditam que o despertar para a Verdade significa abandonar o mundo exterior, mas na realidade, o despertar conduz à plenitude do mundo exterior. O desenrolar da sabedoria, vida, suprimento infinitos do Mundo Interior jamais poderia levar à diminuição dos mesmos no mundo exterior. Despertar para a Imagem Verdadeira implica uma manifestação ainda maior da infinitude no mundo externo. Quando as boas qualidades do Mundo Interior parecem estar diminuindo externamente, simplesmente quer dizer que as impressões daquilo que não constitui a Imagem Verdadeira, ou seja, os pensamentos da falsa existência, estão embaçando o espelho da mente e impossibilitando-o de refletir plenamente a Imagem Verdadeira. Tornamo-nos escravos do conceito materialista da natureza da vida, e prisioneiros de doenças, dificuldades e sofrimentos por causa da não manifestação da Imagem Verdadeira. A Imagem Verdadeira não perde sua vida, vitalidade e bondade infinita em nenhuma circunstância, mas, se a mente estiver nublada pelas nuvens ilusórias, a vida real da Imagem Verdadeira fica escondida do mundo fenomênico. Nessas ocasiões toda a iluminação parece ter sido perdida. Porém, apesar da aparência, a perfeição da Imagem Verdadeira não se perdeu. O que abandonou o sagrado trono da Imagem Verdadeira foi apenas o pensamento do homem. Faça com que o pensamento volte ao trono do Homem real, e descubra a si mesmo como filho de Deus, sentado naquele trono. Você redescobrirá sua perfeição e todos os atributos que sempre lhe pertenceram. No Mundo da Verdade - ao lado do Pai - todos os tesouros que nos foram dados pelo Pai permanecem firmemente a nós garantidos nas mãos do Pai. Como no caso do “filho pródigo”, podemos temporariamente imaginar um mundo de ilusão e perder de vista a nossa Imagem Verdadeira - o original Homem Real -, mas isto não significa que os tesouros ilimitados que eram nossos se perderam. Se simplesmente retornarmos ao nosso lar, o Mundo da Imagem Verdadeira, recobraremos os recursos infinitos que possuímos. No Reino de Deus nada é perdido, nada desaparece.


by Masaharu Taniguchi

A Graça Divina

Quando estudamos a Verdade de que DEUS É TUDO COMO TUDO, alguns pensam ser o ensinamento profundo demais para ser vivido na prática, mas é justamente o contrário. Este conhecimento nos leva à vida sem esforço, à vida de "Adão no Paraíso". A vida pela Graça é a vida sem esforço, mas não de inatividade. Somos postos em ação participando harmonicamente em coexistência com o TODO, enquanto o "esforço" seria uma "participação pessoal" de cada um.
Há uma ilustração que fala da gota e o oceano. Enquanto a gota se considerar simples gota de água isolada, não poderá dizer "eu sou o oceano". Mas, tão logo se veja integrante e formadora do oceano como um todo, a frase "eu sou o oceano" será a verdade sobre ela. Sua atividade continuará a ser a da gota, mas coincidirá com a atividade do oceano. A atividade do oceano não poderá excluir a ação da gota, mas a participação ativa da gota será sem esforço isolado por ela empreendido. Se percebermos que este é o mecanismo que rege o Universo, viveremos a "vida pela Graça", participando individualmente do SUCESSO UNIVERSAL DIVINO; estaremos reconhecendo que, assim como a gota é o oceano, em Essência EU SOU DEUS!
Para facilitar nossa exposição, consideremos o Universo—Deus—como Corpo Infinito. Se o "corpo de Deus" é infinito, o que é válido para o TODO é obrigatoriamente válido para a "parte" (ponto focalizado do Todo). Se existe uma LEI DIVINA DE HARMONIA BEM-SUCEDIDA, ela vale para o TODO e também para cada um de NÓS. Se ela está sendo "obedecida" pelo TODO—na verdade, o Todo é a Lei em Si--, ela obrigatoriamente está sendo obedecida por cada um de nós. Há ensinamentos relativos que explicam as aparências visíveis de problemas, doenças, etc. como conseqüências do não-cumprimento das Leis divinas. Falam que "o homem tem livre-arbítrio", por desconhecerem que a Realidade Absoluta é onde Deus reina em unidade absoluta com o Homem , e por desconhecerem que o chamado "mundo visível" é somente um conceito que a mente humana cria sobre o Universo e sobre o Homem, por não ser capaz de discernir o que de fato existe e está manifestado. As idéias de pecado, imperfeição, bem-e-mal, causa-e-efeito, são os principais frutos ilusórios dessa forma equivocada de entender o Universo.
A obrigatoriedade no cumprimento da Lei divina não tem o sentido humano da palavra. Trata-se de um Princípio global de Auto-manutenção do Universo, que Se sustenta pela Onisciência, pela Sabedoria oniativa, pelo Amor de Deus. Até poderíamos substituir a noção de "lei divina" pela palavra ONIATIVIDADE. A percepção de que A ORDEM DIVINA UNIVERSAL é uma realidade que já existe "por trás da percepção da mente humana" pode excluir por completo a palavra "lei". Se a utilizamos, foi para ressaltar que jamais esta ORDEM chegou a ser afetada. Como o pecado, a doença, a carência, ou outro problema qualquer, implicam "desordem", podemos de antemão concluir que tais coisas jamais tiveram realidade. Sim, a mente humana registra tudo isso, mas, como dissemos, isso se deve à incapacidade dela para "discernir espiritualmente" as coisas.
O mundo corre atrás do sucesso, em suas mais diversas formas. Entretanto, sendo este Universo uma Realidade imutável que funciona além do alcance mental humano, podemos concluir que aquilo que humanamente é considerado "sucesso" é algo totalmente ilusório. Que significa ter sucesso? Quando percebemos que o Universo Se mantém pleno em constante HARMONIA e AUTO-SUPRIMENTO, notamos que O UNIVERSO É O SUCESSO ABSOLUTO. O mundo personaliza o sucesso, julgando que alguns são bem-sucedidos e que a maioria não o é. Como reinterpretaríamos esse cenário com a Visão divina, com a Mente divina? O Universo seria visto inteiro sendo bem-sucedido. Pela nossa identificação com Deus, integramo-nos conscientemente com Sua Oniatividade e percebemos que O SUCESSO DE DEUS É O SUCESSO INDIVIDUAL DE CADA UM DE NÓS. A Oniatividade é a garantia do sucesso universal permanente, que inclui a totalidade de nosso ser individual, assim como o oceano inclui as gotas de água que o constituem.
O mundo considera as atividades como independentes ou isoladas; julga que uma oração pode interferir especificamente em setores isolados, como se a Oniatividade perfeita ali pudesse estar ausente. Há pessoas que oram para passar no vestibular; outras para que se cure um problema qualquer de saúde, ou para que seu time de futebol saia vencedor. TUDO ISSO É ILUSÃO! Não há atividades verdadeiras isoladas! EXISTE A ONIATIVIDADE ABSOLUTA PERFEITA E PERMANENTE, ALÉM DESTA MIRAGEM CHAMADA "MUNDO HUMANO", E TAL ATIVIDADE É A ÚNICA QUE SE MANIFESTA COMO NOSSA VIDA, MENTE,CORPO E NEGÓCIOS. Se pararmos para bem perceber esta Verdade, estaremos conscientes de que SOMOS TODOS BEM-SUCEDIDOS, AQUI, AGORA E SEMPRE!
O SUCESSO UNIVERSAL É ALGO QUE JÁ ESTÁ ACONTECENDO! Este é o Princípio Absoluto que nos assegura uma serenidade eterna. Cada um deve com ele se identificar, reconhecendo: "EU JÁ SOU INTEGRALMENTE BEM-SUCEDIDO, POIS EU SOU O SUCESSO EM SI". Esta seria a identificação correta com a Realidade. O chamado "mundo exterior", visto pela mente humana, não deve ser visto como agente capaz de nos propiciar o sucesso. Políticos, governantes, familiares, são os integrantes de uma espécie de MIRAGEM. A miragem é mutável, enquanto o SUCESSO é imutável, por se constituir da própria SUBSTÂNCIA DIVINA que está manifestada como a nossa IDENTIDADE VERDADEIRA. Assim, a Oniatividade, que é o SUCESSO UNIVERSAL, é a ÚNICA PRESENÇA REAL. Estes princípios não são meras teorias, mas são verdades demonstráveis. Todo aquele que fizer com elas total identificação poderá testificar sua veracidade na vida prática.

sábado, 21 de março de 2009

“O OLHO SIMPLES”

Em Mateus, cap.6, há o registro de alguns dos pontos mais importantes para encontrarmos o Reino, conforme discorreu Jesus no Sermão da Montanha. Enquanto falava aos discípulos sobre dar esmolas, sobre a prece, o perdão, o jejum e guardar tesouros, e da impossibilidade de podermos servir a Deus e a mamom, disse: “A candeia do corpo são os olhos; de sorte que, se os teus olhos forem bons (simples), todo o teu corpo terá luz. Se, porém, os teus olhos forem maus, o teu corpo será tenebroso. Se, portanto, a luz que em ti há são trevas, quão grandes serão tais trevas!”.

Se formos interpretar esta declaração cientificamente, deveremos trocar primeiro o objeto de sentido, chamado olho, pela sua idéia espiritual. Sendo “cada objeto da criação uma insinuação da existência da existência da realidade espiritual”, descobriu-se que o olho simboliza o discernimento espiritual.

A demonstração é a prova absoluta da compreensão espiritual de alguém. Tive a alegria de testemunhar que o olho realmente é o símbolo do discernimento espiritual quando, numa ocasião, declarei esta Verdade para um homem que aparentava sofrer de câncer nos olhos e pude vê-lo curado num único “tratamento”. Ele me havia sido trazido na maca, de tampão nos olhos, com aquele diagnóstico feito por seu médico. Eu me dirigia à plataforma de palestra, e meu pensamento estava muito claro. Quando ele disse: “Se não puder ajudar-me, meus olhos serão extraídos pelo cirurgião”, eu o enxerguei com “o olho simples”. Em vez de vê-lo como um homem material a ser curado de câncer, conscientizei somente Deus e Seu discernimento espiritual. Sabia que exatamente onde o olho físico parecia estar, havia a onipresença da Visão de Deus. Percebi, num lampejo, que o homem não vê com seus olhos, mas que discerne todas as coisas com a Consciência espiritual. Estava discernindo-o espiritualmente; e, esta visão correta que tive dele foi sua cura. Enquanto o via com “o olho simples”, fiz unicamente esta declaração: “Existe uma só visão, e desafio qualquer bisturi a tocá-la”. Como podemos notar, deste exemplo, os resultados que obtemos dependem de nossa capacidade de ver Unicidade (O EU único).
No Salmo 91 encontramos: “Somente com os teus olhos contemplarás, e verás o castigo dos ímpios”. Como conciliar esta citação com “o olho simples?” Eis o sentido: embora o mal esteja sendo visto pelos olhos, não devemos aceitá-lo como realidade na consciência. Em outras palavras, estaremos “somente vendo com os teus olhos”, sem atribuirmos qualquer poder àquela aparência. Nesta época, somos chamados como nunca antes a manter um “olho simples”. Ouviremos o argumento de que nós, metafísicos, salvaremos o mundo. Alguém só pode se considerar metafísico, ou cientista absoluto, se for capaz de transcender o universo material em sua própria consciência.
Deus criou este universo, e não precisamos tentar corrigi-lo. Ele se ajustará automaticamente, tão logo nos empenhemos em vê-lo com “o olho simples”. Deus não criou os conflitos e dissensões que parecem dominar o universo; portanto, esta aparência deve obrigatoriamente ser nada! “Estai, pois, firmes, cingindo-vos com a verdade e vestindo-vos da couraça da justiça”. (Efésios 6:14). A palavra “justiça” significa “uso correto”. Se aplicarmos corretamente a nossa compreensão da Verdade, manteremos nossa paz e equilíbrio, conhecendo a nulidade do mal e a totalidade de Deus.

Quantos não são os buscadores da Verdade, e confessos seguidores de Cristo, que declaram a onipresença, onipotência e onisciência de Deus para, ao mesmo tempo, reconhecerem um poder maligno que está para dizimar humanidade, se algo não for feito? Quantos não estão declarando que Deus é sua única substância, enquanto, ao mesmo tempo, olham para o Presidente ou para o Congresso na expectativa de que maior substância seja liberada através do tesouro? Seria este um “olho simples?” Se Deus é o único poder, o único em atividade, então Ele tem estado agindo e falando através de cada líder que temos tido, estejamos ou não reconhecendo a sua voz.

Os mortais preferem o caminho de menor resistência, até aprenderem a Verdade. Para eles, é mais fácil justificar as próprias falhas pondo a culpa nos outros do que se esforçar para viver os princípios crísticos de vida.

Precisamos conservar um “olho simples”, caso desejemos não ser enganados. Muita coisa que aparenta ser harmoniosa, numa análise superficial, nem sempre é verdadeira. Se pretendermos “pregar o Evangelho”, obedecendo ao ensinamento de Cristo, não poderemos fazê-lo enquanto estivermos vendo imperfeição no universo de Deus. Nossa nação não necessita de correção; porém, todo e qualquer indivíduo é chamado para vê-la como um símbolo perfeito de uma das idéias de Deus. Você não vive em seu país, ou em qualquer outro; o seu país, e todos os demais, é que vivem em você. Se acreditar que sua nação está desajustada, inativa, mal suprida, estará confessando abertamente que é incapaz de se erguer acima dessas crenças desarmônicas em sua própria consciência. Traduzindo: o seu “olho não é simples”.


by Vivian May Williams

O Amor Perdoador de Cristo.

Caro amigo: Você pode afirmar, com toda convicção, que o amor perdoador do Cristo devolve harmonia a tudo que necessite de auxílio e restauração! Qualquer perturbação emocional ou mental; qualquer inarmonia física ou de relacionamento---não há nada que não esteja ao alcance do amor transformador do Cristo.
Uma das mais espantosas e iluminadoras demonstrações de cura, em o novo testamento, é a do paralítico de cafarnaum, que foi levado num leito e descido por uma abertura que fizeram no terraço da casa de Pedro, até os pés de Jesus, que estava cercado de densa multidão. A necessidade era evidente e o empenho dos que buscavam a cura, dá para pensar. A resposta e solução do mestre a esse apelo intenso, foram imediatas, mas completamente diferentes das que ele mesmo usou em outras curas anteriores:
“Meu filho: teus pecados te são perdoados! Levanta-te, toma o teu leito e anda!” (mc 2.5-9)
Esta ordem inusitada, apesar de haver trazido a cura imediata, provocou a ira dos escribas e fariseus ali presentes, que protestaram: “Que autoridade tem ele para perdoar os pecados?”
Mas Jesus, imperturbavelmente calmo, perguntou-lhes que diferença havia entre perdoar os pecados e curar o corpo daquele homem. Medite nisto, pois Jesus provou que perdoar é curar, e curar é perdoar. A ação do perdão resulta em cura, não importa o que o passado encerra, quando temos intenso desejo de novamente caminhar na retidão. A consciência desperta, agora, liberta a Consciência pretérita.
Ouça novamente as palavras de Jesus: “Que é mais fácil dizer: teus pecados te são perdoados, ou: levanta-te, toma o teu leito e anda?” Quando pela Consciência (Cristo em nós), compreendemos e superamos uma falha mental ou emocional de outrora, imediatamente fazemos calar o clamor e domínio restritivo que esta falha exercia sobre nós. Abrimos espaço, então, para que o amor de Deus nos ilumine, restaure e harmonize.
Este ponto foi mais tarde enfatizado, quando Jesus exortou:
“Reconcilia-te com teu irmão antes de ofereceres tua oferta ao Pai”(Mt. 5:24).
Jesus associou, de contínuo, o mundo interno de pensamentos e emoções das pessoas, com suas circunstâncias externas. Ele mostrava que os pensamentos retos e impulsos de amor, edificam a felicidade externa; e reciprocamente, um reto viver consolida um reto pensar e sentir. Retidão é saúde, é ventura, prosperidade e harmonia.
Os estados físicos, mentais e emocionais estão estreitamente inter-relacionados. São inseparáveis. Um reflete sobre o outro. Quando há perdão ou liberação de uma emoção ou pensamento limitador, corrige-se a inarmonia física e devolve-se à pessoa a plenitude de filha de Deus! Isto é o que desejamos significar com amor perdoador de cristo. O mesmo Cristo que estava em Jesus é, também em nós, o Caminho, a Verdade e a Vida. Onde a sua consciência toca--- seja uma falsa aceitação de culpa, de inabilidade, de infelicidade, de temor, limitação, ou autodesvalia --- a causa negativa se desfaz! Como resultado, ocorre a cura, corrigindo o passado e refletindo beneficamente sobre o futuro! Das belas meditações de cura de May Rowland, esta lhe era favorita: “O amor perdoador de Jesus Cristo me liberta agora dos erros do passado e de todos os seus resultados!”
Coisas maravilhosas acontecem na vida daqueles que sinceramente pediram e deixaram que o amor perdoador do Cristo harmonizasse e sanasse neles,, tudo o que necessitava de cura.
Um amigo relatou-me: “Depois de nossa conversa senti um vivo impulso de perdoar todas as situações e pessoas, inclusive a mim mesmo, de tudo quanto pudesse estar produzindo efeito perturbador em minha vida e na deles. E quando a memória me sugeria algum fato desagradável, eu invocava o amor perdoador do cristo. Em pouco tempo senti um alívio esplêndido e dali em diante não tenho descuidado a vigilância, até que limpe tudo!”
E continuou: "mais surpreendente foram os reflexos de minha atitude. Meu cachorrinho, que estava há tempo doente, sem reagir aos cuidados do veterinário, de repente ficou bom! Mais tarde vieram visitar-me amigos que há muito se haviam distanciado, e me levaram a um maravilhoso passeio! Sabe? O perdão atrai a graça! --- pois está fazendo uma enorme diferença em meu corpo, relacionamentos e atividades."
O perdão deve também ser aplicado nos períodos em que nos sentimos desencorajados, sem ânimo para lutar e vencer estados mentais, emocionais ou físicos desagradáveis—ou até às épocas de malogro nos negócios. Comecemos por descartar os estados negativos. Ponhamo-nos em paz e quites com tudo e todos, eliminando os elos negativos. Depois oremos e abramo-nos humildemente ao amor perdoador do cristo. Ele ocupará com sua luz a clareira que tivermos deixado, ao abandonar nossas mágoas, queixas, revoltas etc. que não mudam ninguém e só nos podem prejudicar. Essa luz, em nós, faz milagres!
Ocupemo-nos seriamente deste assunto, exatamente agora! Demos uma guinada para melhor, na vida!
Um estudante nos escreveu: “esta prece me caiu do céu! Ela me veio como um anjo, durante um sério desafio físico e emocional. Decidi usá-la como escudo e resposta a cada investida. A minha não-resistência e perdão foram debilitando os estados negativos.dia a dia, quando os pensamentos e emoções indesejáveis me afloravam, eu os recebia com a prece: “o amor perdoador de Jesus cristo tudo sana!” Recebia-os sem temor, com perdão e compreensão, sabendo que não tinham poder e nem realidade. Eram simples conceitos e emoções equivocadas que eu havia formado no passado.”
“Ao mesmo tempo em que orava por mim, aproveitei para orar igualmente por todas as pessoas com quem havia conflitado no passado, na medida em que, por associação, elas me vinham à mente. Mandei-lhes meu sentimento de perdão, libertando-as como irmãos.”
“Incrivelmente, a libertação gradual destes e de outros fardos, mentais e emocionais, abriu caminho à cura de vários males que me afligiam: físicos, mentais, emocionais, financeiros e até de relacionamentos.”
Jesus não amava apenas as pessoas que o ouviam e seguiam. Amava também, e ainda mais, os que estavam no pior estado. Ele queria dar-lhes a mais preciosa dádiva que alguém pode oferecer: o gesto de apoio, de compreensão, de amor incondicional do pai celeste! Podem imaginar quantas vezes Jesus deve ter perdoado os que o rejeitavam e combatiam? E no momento mais doloroso, da cruz, ainda não perdoou os seus algozes, sabendo que não sabiam o que faziam? Daí haver ensinado a Pedro que é preciso perdoar setenta vezes sete! Não que o perdão nos faça superiores, mas porque opera como cura, como graça, que tanto beneficia a nós mesmos como, principalmente, aos que nos ofendem, para que possamos cumprir o mandamento: “Amai os vossos inimigos e orai pelos que vos perseguem”.
Eis uma chave cristã poderosa: o perdão, muitas vezes por dia. O cristo, em nós, sabe fazer isto, se o deixarmos dirigir a nossa vida.O amor incondicional do pai sempre liberta!
O amor perdoador do cristo cura qualquer pessoa! Sana qualquer problema! Ele opera em qualquer tempo e em qualquer lugar. Saiba disto. Creia nisto! Volte-se ao cristo de seu ser e ouça-o dizendo: “Teus pecados te são perdoados!”
Seja qual for o erro e suas conseqüências--- não importa quão esmagadora seja em aparência---é dissipado pela correta compreensão de hoje, que a Consciência crística nos dá.
Deixe que o amor perdoador do cristo assuma este desafio e sane tudo! Deus o ama pela nova compreensão que V. tem agora. Relaxe, confie e entregue-se ao poder transformador deste amor.
Sim, querido amigo, o amor perdoador de Jesus cristo cura tudo!




by Mary Kupferle

sexta-feira, 20 de março de 2009

Os tesouros da Metafísica - parte 06

Sempre que há uma assim-chamada cura, o que de fato ocorreu foi que a Mente onipotente e onipresente Se mostrou consciente de Sua constante Perfeição. A manifestação da Perfeição pode parecer ter surgido da compreensão de alguma pessoa, seja ela um praticista, um amigo ou até você, mas isto é mera aparência. A MENTE DE QUEM ORA E DE QUEM PEDE ORAÇÃO SÃO UMA, E A MESMA MENTE; E ESTA MENTE É DEUS. Isto pode ser observado pela eficácia do “tratamento à distância”. Na verdade, este “tratamento ausente” não existe. A Mente Onipresente é indivisível: jamais pode Se ausentar.

Deus é Mente. Há um Deus; logo, a Mente é única. A Mente divina jamais está dividida ou fracionada, e permanece sempre completa em Sua Unidade e Totalidade. Não há várias mentes; não há mente pessoais: há a Mente Única, operando como a minha Mente, como a sua e como a de todos. Desse modo, as chamadas “mente pessoal”, “mente carnal ou mortal”, “mente humana”, são todas inexistências. Não existe algo chamado “mente própria sua”, funcionando por si mesma e de modo independente. A Mente única em existência é a Mente de Deus, que pertence a Deus e a Ele somente. Esta é a Mente que Se mostra individualizada ou identificada como a SUA Mente individual, exatamente aqui e agora. Esta é a Mente que escreve estas palavras; esta é a Mente que as lê.(Marie S. Watts)

Não existe algo mais simples e sutil do que o estudo da Verdade! Mas a UNIDADE deve ser vista como Realidade presente! Este trecho, de Marie S. Watts, revela que a Unidade, Deus, é Mente Única! Este aspecto precisa ser contemplado e aceito silenciosamente, sem qualquer esforço, para que a Mente que É, ou seja, Deus, seja espontaneamente discernida como a Mente de cada um de nós. A chamada “mente humana” não participa deste “estudo”: ela é ilusória! Assim, este trecho deve ser lido tendo em vista esta verdade: não existe mente humana! Dessa forma, naturalmente a Mente real será vista como onipresente. Quaisquer esforços, quaisquer dúvidas, quanto à veracidade destas Revelações, deverão ser banidos por completo, se quisermos experienciar esta Verdade conscientemente.

Paulo disse que “temos a Mente de Cristo”. Também em II Timóteo 1:7, lemos que “Deus, com efeito, não nos deu um espírito de temor, mas de fortaleza, de amor, e de mente segura”. Em resumo, Deus nos deu a Mente dEle! Que continua sendo dEle, assim como dEle somos todos nós, em Unidade Perfeita.

Os tesouros da Metafísica - parte 05


Se Deus está onde você está, então todo bem está onde você está: saúde, harmonia, atividade. Se Deus está onde você está, então os pensamentos certos e verdadeiros estão onde você está: receptividade, poder, destemor. Se Deus está onde você está, então paz e compreensão estão onde você está: felicidade, bem-aventurança, segurança. Se Deus está onde você está, então a indivisibilidade está onde você está: unicidade, totalidade, a Eu-Sou-Identidade. Se Deus está onde você está, então nada que se oponha a Ele está onde você está! Nada contrário a Ele está onde você está! Nada dessemelhante dEle está onde você está! (Lillian DeWaters)


A citação acima corrige uma tendência muito comum: a de acharmos que Deus está completo em Sua perfeição num lugar, e cada um de nós em outro lugar! A Onipresença precisa incluir o nosso ser! Senão, não seria Onipresença! O Infinito Perfeito está Se expressando, de modo completo e indivisível. A Eu-Sou-Identidade é impessoal! E, cada “ponto” do Universo é necessariamente esta Identidade perfeita.

Cristo disse “para sermos perfeitos, assim como o Pai celestial é perfeito”. Ele não esperava perfeição de seres humanos! Ele esperava a percepção, por parte de cada um, de nossa Identidade iluminada, a nossa real e única identidade, una com Deus. Se percebermos esta Unidade, facilmente perceberemos nossa perfeição atual (invisível para a mente humana). E, uma vez percebida a perfeição, claro ficará o sentido das palavras iluminadas de Lillian DeWaters, com que abrimos este artigo. E o “tesouro” que elas encerram será discernido.

Os tesouros da Metafísica - parte 04

A realidade é constante e é constante a capacidade que o homem tem de percebê-la. Nem a realidade nem a capacidade de perceber tal realidade incluem quaisquer fatores flutuantes ou causadores de atritos. Ao pormos em ação o sentido espiritual, este age como um amortecedor contra os solavancos da experiência humana, harmonizando nossa vida e demonstrando a abundante bondade da realidade. Temos de tirar Deus de um céu distante, se O pusemos ali, e tornar-nos conscientes dEle como a própria presença em que vivemos. Deus é a origem e a totalidade de nosso ser—inteligência causativa, imaterial e sempre presente, que sustenta toda existência verdadeira e é o meigo e amoroso Pai-Mãe da criação. (Mary Mona s. Fisher)

A frase de Cristo, “Eu e o Pai somos um”, retrata a Verdade Absoluta de que Deus aparece como cada ser individual. Esta é a “volta do Cristo” em cada um, a autodescoberta da própria natureza divina. Como descobrir esse Cristo em nós? Através da rejeição da mente humana e direta identificação com a Mente de Cristo.

Lemos, acima, que a realidade é constante e é constante a capacidade que temos de percebê-la. Esta frase é um “tesouro da Metafísica”, pois indica que existe uma Realidade perfeita, aqui presente, e que estamos nela, exatamente agora, e percebendo-A! Alguém poderia argumentar que não está percebendo nada! Por isso está dito que “temos a Mente de Cristo”, e que “Eu e o Pai somos um”. Cada um, considerando estas Verdades reveladas, deverá se identificar com elas de modo pleno, em práticas contemplativas silenciosas de percepção. Cada um deverá perceber sua unidade com Deus por si mesmo! E perceber que “possui a Mente de Cristo”. Isto é o que a autora diz, ao afirmar que “ao pormos em ação o sentido espiritual, este age como um amortecedor contra os solavancos da experiência humana, harmonizando nossa vida e demonstrando a abundante bondade da realidade”.

Esta identificação com Deus e com a Mente de Cristo é feita com total naturalidade: é algo que já é, um fato espiritual já presente. Eis por que não requer nenhum tipo de esforço! Espontaneamente nos ocorre esta percepção, e é quando também notamos que, realmente, ela nunca deixou de existir: é uma percepção constante e permanente de nosso ser real, que jamais foi “matéria”, jamais foi alguém “deste mundo”.

Os tesouros da Metafísica - parte 03

Jamais a Inteligência Infinita “pensa” sobre Si mesma como sendo humana; antes, acredite nisso, se você “partir da idéia” de que é um ser humano, naturalmente irá também assumir o corpo como inteligente, dotado da capacidade de pensar; que seu nariz pode cheirar, que seus olhos podem ver, que sua língua pode sentir gosto, que suas mãos podem tocar e sentir. Isto não é Verdade, não é verdadeiro.

Sua língua, de si mesma, jamais sentiu gosto; seus olhos jamais viram, seu nariz jamais cheirou, e seus dedos jamais tiveram sensação de tato. Somente a Consciência é percepção; somente a Consciência pode perceber. Quando você inicia com a Percepção, somente, não estará se voltando a órgãos, a um corpo, esperando que eles lhe digam algo, ou que lhe façam algo, assim como você não fica esperando que uma folha branca de papel possa lhe dizer quão perfumada é uma rosa!

Se seus olhos lhe parecerem estar com problema, e você, por acreditar “estar” com a “visão comprometida”, estiver tentando “curá-la”, nunca será bem-sucedido. Entretanto, se “partir da idéia” de que a Inteligência Infinita aparece como Tudo, como a Presença-Eu-Única, repentinamente você poderá vir a constatar que seus olhos estarão vendo melhor do que nunca. O mesmo se aplica em qualquer outra situação. Jamais parta de algum problema; em vez disso, “comece” com o Todo aparecendo como tudo, e não existirá nenhum lugar, nenhuma identidade para qualquer “problema”. (Alfred Aiken)

A Verdade divina, diz a Bíblia, parece “loucura para os homens”. A matéria é vista como real, quando Deus, o Todo, é Espírito! Neste texto, Alfred Aiken fala sobre como devemos encarar as situações ilusórias de problemas. Não devemos ficar analisando se, para a mente humana, as mensagens são lógicas ou absurdas! As curas de Jesus aconteciam, mas eram “absurdas”! Casos de cegueira, lepra, paralisia, e tantos outros, cediam espaço ao conhecimento da Verdade que ele demonstrava possuir. O mesmo Poder nos está disponível, aqui e agora. Cada artigo metafísico nos ensina a aprimorar o “acesso” a esta Poder, pelo reconhecimento pleno de que somos Um com Ele.

quinta-feira, 19 de março de 2009

Os Tesouros da Metafísica - Parte 02

Quando Jesus acalmou a tempestade, dizendo: “Paz, sê quieto!”, sabia que não estava dissolvendo ou expulsando uma tormenta. Antes, ele estava consciente da totalidade, da UNICIDADE daquilo que estava, e está, presente. Ele sabia que a própria Presença do Amor, Alegria, Paz universais, elimina a possibilidade da presença de qualquer ameaça à Vida, Mente ou Consciência. Em outras palavras, Jesus sabia o que estava presente. Sabia também que somente o que estava presente era Poder. A Perfeição estava, e está, sempre presente. Assim, jamais pode haver uma tempestade, ou algo que pareça ser destrutivo.Este é nosso dizer: “Paz, sê quieto”, endereçado a tudo que aparente ser destrutivo, seja como ameaça à vida, à alegria, Paz, Abundância, etc. Nós, como ele, podemos dizer: “Paz, sê quieto”. Desse modo, aquilo que está presente, será evidenciado. Somos a Mente que estava em Cristo Jesus; inexiste outra mente que pudéssemos ser! Assim, nós sabemos exatamente o que ele sabia, e sabe. Nosso “paz, sê quieto”, é nosso conhecimento—nossa percepção—de que a Perfeição, somente, está presente; a Perfeição, somente, é Poder; a Perfeição, somente, reina. Naturalmente, esta é apenas uma outra forma de se dizer: Deus é Tudo; Tudo é Deus.” (Marie S. Watts)A Metafísica vem revelando a Verdade absoluta. Precisamos deixar de lado a mente humana, seus “quadros ilusórios” e seus supostos “poderes”. A Mente ÚNICA, Deus, precisa ser reconhecida! E, reconhecida como de fato ÚNICA! Os problemas não são as pessoas ou as condições, vistas isoladamente. Cristo disse: “Eu venci o mundo”. É o mundo ilusório que precisa ser vencido! Não com lutas físicas ou mentais, mas com o firme e suave reconhecimento de que o Universo da Realidade é único e perfeito.Marie S. Watts comenta o episódio em que Jesus acalmou a tempestade. A intenção não era a de utilizar um poder superior para acalmá-la, mas de utilizar seu conhecimento de que a Perfeição é a Verdade onipresente! Não se deteve em analisar o suposto temporal, mas, sim, em fazer valer a Verdade absoluta de que DEUS É TUDO! Com a Mente de Cristo, a Perfeição é discernida facilmente! Esta é a nossa Mente única! Paremos de aceitar imperfeições para, depois, orarmos para corrigi-las! Reconheçamos que a Mente divina é nossa Mente atual, e que Ela discerne somente a Perfeição total!O mundo inteiro da matéria é uma ilusão de massa! Mostrada pela suposta “mente humana!” Passaremos a “vencer o mundo” quando encararmos esta Revelação de modo radical e permanente! Assim, como diz o texto, diante de quaisquer aparências ilusórias, estaremos dizendo “Paz, sê quieto”, com o nosso Sentido espiritual aguçado e fixo à Perfeição absoluta sempre-presente!

Os tesouros da Metafísica - parte 01

O homem é a expressão do ser de Deus. Se alguma vez tivesse havido um momento em que o homem não expressasse a perfeição divina, então teria havido um momento em que o homem não teria expressado Deus, e, por conseguinte, um momento em que a Divindade teria deixado de ser expressa, isto é, teria ficado sem entidade. Se o homem perdeu a perfeição, então perdeu o seu Princípio perfeito, a Mente divina. Se o homem alguma vez tivesse existido sem esse Princípio perfeito ou Mente, então a existência do homem teria sido um mito.As relações entre Deus e o homem, o Princípio divino e a idéia divina, são indestrutíveis na Ciência; e a Ciência não concebe um desgarrar-se da harmonia, nem um, retornar à harmonia, mas sustenta que a ordem divina ou lei espiritual, na qual Deus e tudo o que Ele cria são perfeitos e eternos, permaneceu inalterada em sua história eterna.(Mary Baker Eddy)O trecho acima revela o ponto em que devemos nos deter, se quisermos vivenciar a Verdade revelada. Não há duas existências: a divina e perfeita, ao lado de outra, humana e imperfeita. Esse dualismo é a ilusão, a aceitação de uma dupla existência, quando erroneamente nos posicionamos numa condição imperfeita para ficarmos almejando sempre alcançar a perfeita.Que é ilusão? É nada! Uma suposta aceitação de um fato inexistente, ilusório!O ponto de partida é a admissão plena e incondicional de que Deus é Tudo! Assim, teremos a sustentação para encarar o Fato verdadeiro, a nossa relação de unidade inquebrantável com Deus, e a conseqüente aceitação de que a Mente única, divina, é a nossa única Mente atual. Se aceitarmos que o homem desgarrou-se da harmonia, estaremos iludidos, estaremos utilizando a “mente humana”, e esta é inexistente! Esta mente ilusória tenta nos fazer crer que a harmonia ficou faltante em algum ponto, e que deveríamos trazê-la de volta. Aqui está o segredo da prática metafísica! Decididamente desmascaramos esta fraudulenta mente humana com o Fato verdadeiro: Deus é nossa Mente atual e única! Ela discerne a harmonia perene e intocável! Ela reconhece a Onipresença desta Harmonia infinita! Ela sabe que esta Harmonia É! E sabe que esta Harmonia é TUDO que É!Assim como a onda expressa o mar, em unidade, o homem expressa Deus, também em unidade. Um Deus perfeito Se expressa como homem perfeito. Assim cada um de nós já é! A suposta mente humana, ilusória, deve ser desconsiderada! Não ficará “positiva”, mas ficará reduzida ao nada que sempre foi, quando a Mente única, perfeita, que Se mantém em toda parte em unidade com Suas idéias perfeitas, for aceita com plena naturalidade como sendo a nossa Mente real, eterna e única.

quarta-feira, 18 de março de 2009

A Sabedoria Latente Divina do Ser Humano.

Este mundo é repleto de sabedoria, amor, Vida, provisão e harmonia de Deus. Nós, que nascemos neste mundo de Deus, somos todos filhos de Deus. Portanto, somos originalmente repletos de saúde e recebemos do Pai tudo o que nos é necessário. Existem pessoas que não acreditam nisso e contestam: “Mas o fato é que sofrimentos e doenças existem, e podemos presenciá-los”. Dizem também que, muitas vezes, vêem infortúnios e desgraças diante de si; e que a pobreza as atormenta realmente, sob a forma de cobradores impiedosos. Tais pessoas argumentam: “Vocês recomendam pensar que existe um mundo perfeito e harmonioso aqui e agora, que somos saudáveis e prósperos desde o princípio, mas é impossível pensar desse modo”. Que tipo de mentalização devemos fazer quando não conseguimos crer na perfeição original? Devemos mentalizar ou pronunciar energicamente as seguintes palavras: “Não admito a existência desta doença (ou outros infortúnios). Eu o expulso do meu mundo, e ele deixa de existir”. Suponhamos que você, neste momento, esteja com dor de dente; mesmo que tente afirmar mentalmente que não está com dor de dente, acha que está mentindo e não consegue sentir realmente que a dor não existe. Nesse caso, o que você deve fazer? Poderá mentalizar ou proferir categoricamente as seguintes palavras: “Não admito a existência da dor de dente. Agora, a dor de dente deixa de existir”. Essa, porém, é uma “maneira dualística” de admitir o bem, porque, em primeiro lugar, reconhece a existência do mal (“Estou com dor de dente”) e só então tenta-se negá-la. O verdadeiro despertar é aquele em que, mesmo no auge da dor, consegue-se compreender que ela não existe. Pensar em sanar a dor de dente depois de reconhecer a sua existência é uma postura mental dualística. Quando a pessoa não consegue abandonar a visão de mundo segundo a qual o bem e o mal se confrontam incessantemente, recorre à “maneira dualística” de admitir o bem que consiste em reconhecer primeiro o mal ou a dor e depois procurar expulsá-los.
Muitas vezes, é possível sentir o sofrimento abrandar quando se procura trazê-lo à tona e expulsá-lo expressando-o verbalmente. No verão, muitas pessoas se queixam: “Ufa! Que calor!”. Se eles afirmassem que o “tempo está agradável” em vez de reclamar tanto do calor, talvez se sentissem melhor. Mas, às vezes, dizer repetidamente “Que calor! Que calor!” é um instinto natural de afastar o calor. Se bem que as pessoas ao redor podem incomodar-se ao ouvir essas queixas, pois, influenciadas pelo poder da palavra, sentem mais calor, enquanto o próprio queixoso se sente um pouco aliviado. O carma do pensamento apaga-se após manifestar-se concretamente. Assim, o carma do pensamento “Que calor!” se desfaz ao ser manifestado verbalmente. É como tirar algo quente e deixar esfriar. Por outro lado, pode-se também repetir a afirmação de que o “tempo está agradável”, o que terá o mesmo resultado de jogar água fria em algo quente. Pelo fato de ser mais eficaz, a Seicho-No-Ie prefere esse método. Dizer “Que calor!” quando sente calor é como deixar escapar o vapor e contribuir para diminuir a sensação de calor. Portanto, agir assim não é ruim para a própria pessoa. Mas o poder da palavra influi nas pessoas ao redor e, às vezes, cria situações complicadas que trazem resultados ruins. A “fórmula” da Seicho-No-Ie consiste no seguinte: mesmo no calor, não dizer que está calor e afirmar que o tempo está agradável e, desse modo, mudar a disposição de espírito. Com isso, pode-se sentir realmente uma sensação agradável. Em suma, trata-se de eliminar da mente a idéia de “calor escaldante”. Ou seja, é direcionar a mente para o pensamento iluminador. Mesmo nas horas sombrias, devemos afirmar que vemos a claridade, e mesmo sentindo dor, devemos dizer que sentimo-nos bem, para mudar o estado mental com o poder da palavra. Com isso, a sensação sombria acaba dando lugar à boa disposição, e a dor é substituída pela sensação agradável.


Do livro Kōfuku no Genri (ainda não editado em português; tít. prov.: Princípio Básico da Felicidade), pp. 126-129

segunda-feira, 16 de março de 2009

Para a liberdade foi que Cristo nos libertou.



Durante anos, acompanhei a história de Aung San Suu Kyi, que esteve sob prisão domiciliar em Burma (Myanmar) por 13 anos, devido ao seu apoio à democracia em seu país. É preciso coragem para defender o direito à liberdade, especialmente quando isso significa fazer esse tipo de sacrifício.
Embora eu viva em Londres agora, cresci sob um governo repressivo. Devido ao meu passado, fiquei especialmente feliz quando recentemente a Sra. Suu Kyi recebeu permissão para deixar sua casa e orar com centenas de budistas pela democracia em Burma. Quando ouvi que o governo respondia com violência aos protestos, percebi que precisava orar.
A Bíblia tem muitos exemplos de pessoas que defenderam o direito de ser livre. Também relata atos individuais de desobediência a leis e governos tirânicos. Um desses exemplos é o das parteiras hebraicas que desobedeceram à ordem do faraó egípcio de matar os bebês hebreus do sexo masculino. Seus atos de bravura são relatados e os nomes de duas delas, Sifrá e Puá, estão preservados na Bíblia (ver Êxodo 1:15).
Deus é a autoridade única e final. O livro do Êxodo refere-se, quase que totalmente, ao que é exigido para ser livre e como as pessoas respondem aos desafios à liberdade. Ele descreve o encontro de Moisés com Deus, que lhe diz para ir até o faraó egípcio que mantinha os israelitas como escravos, a fim de exigir a libertação deles e guiá-los para fora da escravidão.
Embora essa tivesse sido a orientação que Moisés recebeu, ele pergunta a Deus como deveria responder se as pessoas perguntassem quem o havia enviado. Deus respondeu: “EU SOU O QUE SOU... Assim dirás aos filhos de Israel: EU SOU me enviou a vós outros” (Êxodo 3:14). Mary Baker Eddy, que fundou a Ciência Cristã, referiu-se ao nome “EU SOU” como sendo a declaração de “uma poderosa individualidade, a saber, o Pai eterno... presença eterna, onipotência...” (Miscellaneous Writings [Escritos Diversos] 1883-1886, p. 258).
Começar com o fato de que Deus é a autoridade única e final, a despeito de todas as dificuldades ao longo do caminho, possibilitou a Moisés liderar os israelitas, rumo à liberdade.
Quando coisas perturbadoras acontecem, lembro-me de minha verdadeira identidade, como idéia de Deus
Cada um de nós pode ser guiado à liberdade, quer seja da repressão do governo ou da doença, do medo ao fracasso, do envelhecimento ou da solidão, ou de qualquer coisa que nos faça sentir encurralados. Deus sempre se comunica conosco, e, se estivermos dispostos a ouvir, conseguiremos discernir Sua orientação.
Isso é possível porque cada um de nós é a idéia espiritual de Deus, o todo-poderoso EU SOU. Quando considero a coragem de Moisés diante do faraó e tudo o que ele passou apenas para obter o consentimento para que partissem, percebo uma ampla evidência do poder de Deus, tornando inevitável o aparecimento da liberdade.
Como cristã, identifico esse movimento poderoso rumo à liberdade com a Verdade, ou o Cristo universal, ativo em nossa consciência. Quando coisas perturbadoras acontecem, lembro a mim mesma a minha verdadeira identidade como idéia de Deus e digo, como Moisés: “EU SOU me enviou a vós outros”. Sinto a presença do Amor todo-poderoso me ajudando.
Deus fala conosco agora mesmo e nos guia rumo ao bem, nunca ao malTodos podem sentir essa presença. Deus falava com Moisés por meio de seu sentido espiritual ou intuição. Ele também fala conosco agora, e nos guia rumo ao bem, nunca ao mal.
Durante as orações de protesto em Burma, no ano passado, os monges convidaram as pessoas do país a orarem nas portas de suas casas. Por pura gratidão pela minha liberdade, juntei-me a eles em oração. Levo a sério o que o Apóstolo Paulo disse aos gálatas:
“Para a liberdade foi que Cristo nos libertou. Permanecei, pois, firmes...” (Gálatas 5:1)
Ele pediu aos gálatas que fizessem isso seguindo o ensinamento de Jesus de amar uns aos outros e manter o amor e o afeto mútuos. Ele sabia que isso os capacitaria a trabalharem juntos com respeito e bondade. Paulo identificou os frutos do Espírito como: “...amor, alegria, paz, longanimidade, benignidade, bondade, fidelidade, mansidão, domínio próprio”, e acrescentou: “Contra estas coisas não há lei” (Ibidem 5:22,23).
Esses frutos são poderosos e transformadores. Eles são os frutos da paz. Meu objetivo é expressar esses frutos em apoio a todos aqueles que fazem demonstrações pacíficas pela democracia.


Marta Greenwood é Praticista e Professora de Ciência Cristã em Surrey, Inglaterra

Vinho novo, nova compreensão.


Atualmente, muitas pessoas acreditam no poder da oração e percebem que seus pensamentos exercem grande influência sobre a saúde.
Porém, a simples crença ou o pensamento positivo, apesar de ajudarem, não trazem a cura da forma como Jesus a ensinou. Ele curava a doença e libertava as pessoas do pecado e da morte por saber que tais sofrimentos não haviam sido criados por Deus. Sua compreensão de Deus lhe possibilitava ver além da aparência material. Ele sabia que Deus é o Pai de todos e a todos ama. As curas que realizava eram a prova de que seus ensinamentos eram corretos. O fato de ter discípulos e os ensinar por meio de parábolas e exemplos, indica que, ainda hoje, é possível aprender e efetuar a cura cristã, como Jesus o fazia. Em Ciência e Saúde, Mary Baker Eddy expõe a cura espiritual de forma acessível, tal como o Mestre a ensinou.
Certa vez Jesus disse: “...ninguém põe vinho novo em odres velhos, pois o vinho novo romperá os odres; entorna-se-á o vinho, e os odres se estragarão” (Lucas 5:37). Ou seja, vinho novo não deve ser posto em odres velhos. No meu entender, essas palavras mostram que devemos mudar radicalmente o pensamento. É preciso perceber o fato espiritual e verdadeiro, a fim de reconhecer que, porque somos filhos de Deus, não estamos sob o jugo das pretensas e limitadoras leis da matéria. Estas palavras de Jesus: “E ninguém, tendo bebido o vinho velho, prefere o novo...” (Lucas 5:39) me fizeram pensar que, às vezes, pode ser trabalhoso e difícil sair do comodismo, ou seja, elevar o pensamento acima de seus velhos padrões e lutar contra a tradição e as leis materiais.
Quantas vezes dizemos: “Sou assim, fazer o quê? Sempre fui assim e sempre o serei”. Conformamo-nos com o curso dos acontecimentos, tolerando problemas e dificuldades como se as experiências seguissem um roteiro, conforme o modelo mortal, no qual todo bem é passageiro. Contudo, ao compreendermos Deus como Amor e Espírito e observar as curas de Jesus a todo tipo de problema, percebemos que não precisamos aceitar nada como inevitável e que é possível resolver qualquer problema por meio da oração consciente, que reconhece o poder do Pai-Mãe Deus, todo harmonioso, que anula qualquer pretensão que esteja fora das leis divinas.
Desde criança, presencio a cura por meio da oração e cada vez mais desejo entender a Deus. Procuro pensar sobre a forma como Deus, o único Criador do universo e do homem espiritual, vê as coisas. A Bíblia nos assegura: “Tu és tão puro de olhos, que não podes ver o mal...” (Habacuque 1:13). Deus é o bem e tudo o que Ele criou é bom e perfeito. Ele é Espírito, portanto Sua criação é espiritual e eterna. Diante de cada situação, procuro ver as coisas como o Pai as vê e observo o fato espiritual e verdadeiro, que rompe os limites e preconceitos.
Sei que toda a criação é espiritual e nunca pode estar separada da harmonia eterna do Criador, pois o Espírito é onipresente. Não há outra consciência, pois Deus é onisciente, e não existe outro poder, pois Ele é onipotente.
No ano passado, vivenciei o resultado dessa oração, na qual afirmava minha união com o Espírito e me certificava de que nada poderia me separar do Amor divino, quando percebi, perto de meu ombro, um pequeno sinal escuro e áspero. O problema me incomodava muito, mais pela conexão com sintomas de doenças graves do que pela dor ou pelo aspecto. Tinha medo de que pudesse crescer. Além disso, vinham–me ao pensamento argumentos de que era o resultado de um problema de relacionamento pelo qual eu havia passado.
Então, passei a afirmar mentalmente que, porque a minha natureza verdadeira é espiritual, o único crescimento possível em mim era o de minha compreensão espiritual. Orei dessa forma durante alguns meses. Sempre que orava, afirmava o fato espiritual a meu respeito: sou filha de Deus, manifesto apenas a Deus.
Certo dia, ao me vestir, minha blusa raspou no sinal e ele sangrou. De início, fiquei alarmada, mas logo neguei firmemente que houvesse outro poder além de Deus, o bem. Dois dias depois, no carro, o cinto de segurança bateu naquele sinal na pele e ele se soltou. A superfície ficou limpa e macia e não houve mais nenhum crescimento anormal.
Hoje, vejo que alcancei a cura, quando mudei minha perspectiva a respeito de minha verdadeira identidade espiritual. Foi como se tivesse colocado “vinho novo em odre novo”. Fiquei muito feliz, pois tive a prova da eficácia da oração metafísica cristã, que reconhece a Deus, o Espírito, como o único poder.

Marcia Machado Flesch é Praticista da Ciência Cristã em Florianópolis, SC.

domingo, 15 de março de 2009

O Consolador Prometido.

Cristo prometeu o Consolador.

Pedro nasceu num lar ideal. Pais que se amavam, boa situação financeira, saúde perfeita. Possuía uma capacidade maravilhosa, era uma criança muito inteligente. Quando tinha apenas seis anos já realizava coisas surpreendentes. Seu Pai treinava as operações básicas de Matemática e já conhecia praticamente todos os Países com suas respectivas capitais. A criança era simplesmente fantástica por suas habilidades. Apesar de suas capacidades incríveis os médicos não diagnosticaram nenhum problema patológico no menino, “Ele apenas consegue usar essa misteriosa massa cinzenta que, para a ciência [humana], ainda é um grande mistério”, “ele possui uma memória fotográfica”, argumentavam os especialistas.
Quando começou a estudar, era o melhor da turma. Ao chegar no 6º ano, seus colegas começaram a rir de suas capacidades, o chamavam de CDF, outras vezes lhe incomodavam chamando-o de Nerd. Por sua tranqüilidade nunca se importava com os insultos e sempre conseguia mais e mais vitórias.
Quando fez 18 anos, já concluía o 3º Ano do Ensino Médio, saiu para se divertir com uns amigos. A diversão era uma espécie de despedida do Colegial para ingressar na Faculdade. Seu curso, Engenharia Civil. Queria projetar, fiscalizar e supervisionar os trabalhos de construção de casas e prédios, estradas, pontes, túneis, etc.Isso era sua paixão.
Beberam até tarde e resolveram voltar aos seus lares. Seus pais já se achavam apreensivos pela demora. A pista estava escorregadia, havia chovido forte um pouco antes. Pedro conduzia o veículo e por suas condições físicas, não se achava apto para aquela façanha, [estava completamente bêbado]. Tudo estava bem, mas o Jovem rapaz cochilou ao volante e um acidente terrível aconteceu.
Dois meses depois Pedro acorda. Está em um hospital e sem movimento algum, sua voz não é a mesma. Sua capacidade mental parece a de um menino de seis anos [ e sem suas habilidades de quando tinha essa idade]. Parece não lembrar dos amigos, que infelizmente não sobreviveram ao acidente. Seus amorosos Pais choram ao lembrar aquela criança dotada de uma grande inteligência e de um futuro promissor. Não foi esse o destino que planejaram, não era essa a cena que gostariam de ver.
[Os Pais de Pedro representam o Deus pai-mãe da humanidade vendo seus filhos se afastarem de seu ideal]
Quando fomos criados éramos como Pedro, tínhamos capacidades Infinitas. Saúde Perfeita e Abundância de serenidade. O pecado. A doença e morte eram desconhecidas ao homem. Antes de sermos criados, primeiro fomos concebidos na mente do Pai como idéias. De capacidades Infinitas nos dotou.
Antes de nos criar disse:
“...façamos o homem a nossa imagem, conforme a nossa semelhança" (Gênesis 1,26).

Acredito que a reivindicação do homem em ser co-criador com Deus afetou a Harmonia Universal [igual aconteceu ao nosso personagem]. A Mente Divina que a tudo governa viu suas idéias perfeitas decaírem em toda sorte de Erros (pecado, doença e morte). No afã de novamente encontrar a Deus ou sua Verdade Eterna, muitos crenças se formaram e mitologias surgiram. Deuses das mais variadas formas eram cultuados...e sempre com características "mortais"( Como estudamos nas Mitologias Greco-Romanas e em outras culturas), deuses que matavam, castigavam, destruiam, etc. ( Não muito diferentes do Deus da atual cristandade).Deuses concebidos por mentes 'mortais' que nada se parecem com a Mente Amorosa e Harmoniosa que a tudo governa.Cristo levou-nos ao reecontro com o Pai. [Diferente de Pedro, há uma esperança para nós]. Semelhante ao filho pródigo, fomos recebidos nos braços de Deus. Suas verdades mudaram o mundo, mas O Salvador saberia que o mundo se esqueceria dessas Verdades e prometeu:
"Se me amais, guardai os meus mandamentos; e eu rogarei a meu Pai e ele vos enviará outro Consolador, a fim de que fique eternamente convosco: - O Espírito de Verdade, que o mundo não pode receber, porque o não vê e absolutamente o não conhece. Mas, quanto a vós, conhecê-lo-eis, porque ficará convosco e estará em vós. -Porém, o Consolador, que é o Santo Espírito, que meu Pai enviará em meu nome, vos ensinará todas as coisas e vos fará recordar tudo o que vos tenho dito"(S. João 14, vv. 15 a 17 e 26) .

Essa Promessa foi cumprida e a Sra. Mary Baker Eddy recebeu a Ciência do Cristo para propagá-la e assim trazer de volta as Verdades Cristãs.

O Espírito novamente se fez ouvir; e toda terra escuta a voz Celestial dos Anjos, assim como foi ouvido pelos pastores de Belém:
“Eis que vos trago Boas-Novas de grande alegria” (Lc 2. v. 10) ...

O Reino dos Céus é chegado e o Cristianismo de novo restaurado.


Por: Aldo Barbosa


sábado, 14 de março de 2009

Identidade espiritual.



Daqui por diante a ninguém conhecemos segundo a carne, e, ainda que tenhamos conhecido Cristo segundo a carne, contudo agora já não o conhecemos deste modo (II Coríntios, 5:16).
Conclusão, após compreender a verdade a respeito da natureza espiritual do ser humano, a partir de agora, a ninguém mais veremos segundo a carne. E mesmo que tenham conhecido Cristo segundo a carne (Jesus humano), a partir de então, não o veremos com a mesma e antiga visão humana limitada. Porque somos a vida e não a forma física e psicológica. Isto significa o despertar espiritual da consciência humana, ver além das aparências.

Confira agora esta mesma verdade única através de outros ângulos.

Texto de Joel S. Goldsmith
Atos, 17:28 e 29

Doravante não reconheceremos o homem pela carne”. E como, pois, o reconheceremos? Como um filho de Deus, sua verdadeira identidade. À medida que conhecemos a nós mesmos e a todos os demais, como sendo de descendência espiritual, nunca olharemos para o corpo, mas diretamente para os olhos, até poder ver por trás deles, além do homem mortal, além do homem jovem ou velho, doente ou sadio, onde está entronizado o Cristo. O homem visível quer doente, quer sadio, não é o homem – Cristo, o Eu espiritual daquele homem, não está sujeito às leis da carne, nem mesmo da carne harmoniosa, mas está sujeito apenas ao Cristo.
Temos o dever – e não só perante nós mesmos – de fazer com que o mundo reconheça o homem não pela carne, e sim que reconheça a cada um como de fato deve ser reconhecido, não atribuindo qualidades boas ou más, tanto para amigos como para inimigos, cessando de pensar sobre sua história passada, presente e talvez futura; temos de olhar para ele apenas como uma pessoa e vê-lo em sua identidade espiritual.

Joel S. Goldsmith – “O Trovejar do Silêncio” – Ed. Martin Claret

... nunca enxerga o homem na sua humanidade; mas que logo entra em contato com a consciência espiritual dele. Acostumar-te-ás a não ver o homem segundo a sua aparência, mas o verás através dos seus olhos, para além dos seus olhos, na certeza de que lá está o Cristo de Deus. Fazendo isto, apredes a prescindir da aparência externa, e, em lugar de tentares curar alguém ou restabelecer alguém ou melhorar alguém, te tornarás verdadeiramente uma testemunha da sua natureza crística, da sua essencial identidade com o Cristo.
Mesmo quando encontrares um bêbado, um doente ou um moribundo, não prestarás atenção à aparência externa, mas dirás a ti mesmo ‘Ele É’... Percebes os fenômenos externos, as aparências dos sentidos, mas não te deixarás desorientar por elas. Podem os olhos ser testemunhas da doença de alguém, testemunhas da pobreza ou da culpa de alguém – mas o espírito te diz: “Não! Isto é Deus em sua manifestação: isto é uma individuação de Deus; e por isto, a harmonia é a verdade, independentemente do que meus olhos vêem ou meus ouvidos ouvem”.
É uma consciência capaz de penetrar as aparências e enxergar para além; é uma visão de dentro, que nos dá a certeza desta verdade, mesmo quando os nossos olhos enxergam um ladrão ou um moribundo... É sem importância o testemunho dos sentidos externos. Algo no teu interior deve cantar, e o cântico que teu interior canta deve dizer: “Este é meu filho amado, no qual me comprazo... O Eu no meu interior é poderoso”.

Joel S. Goldsmith – “A Arte de Curar Pelo Espírito” – Ed. Martin Claret

Num primeiro momento poderemos achar que isso é ser por demais impessoal, mas não é nada disso. Trata-se, isto sim, de ser verdadeiro, pois observando tais princípios estaremos observando as pessoas como elas são realmente. Quando Pedro soube dizer “Tu és o Cristo, o Filho de Deus vivo”, foi porque já era capaz de ver através das aparências humanas, e pôde ver aquilo que animava Jesus e que fazia dele um salvador e um guia do mundo.
Se virmos o Mestre sob essa luz, mas pararmos por aqui, teremos uma noção incompleta, pois não apenas em Jesus atuava o Cristo: você e eu também somos Cristo-movidos.
O ser humano, vivendo o seu dia-a-dia, é o homem de carne que não está sob o governo de Deus e que não agrada a Deus, e que por isso é confuso, perplexo, frustrado, doente e muitas vezes acossado pela pobreza. Como os filhos de Deus não é assim: não estão enredados nos problemas do mundo, os filhos de Deus são livres. Os filhos de Deus renunciaram a todo julgamento sobre bem e mal, e estão convencidos em seu coração da verdade sobre as aparências: “Não é nem bom nem mau, é só uma pessoa. Não é nem boa nem má, é só uma flor (ou uma pintura, um tapete, etc.). Não é nem bom nem mau porque só Deus é bom, e o mal não passa de uma ilusão ‘deste mundo’”.
Quando qualquer um de nós for capaz disso, terá feito a transição entre ser um homem da Terra e ser um filho de Deus.
A transformação ocorre sem que a pessoa seja transportada para algum tipo de mundo etérico ou transformada em corpo etérico, mas por meio de uma mudança de consciência que leva à reflexão: eu sou uma pessoa, e, uma vez que Deus é o princípio criador do meu ser, tudo o que Deus, é, eu sou – tudo o que o Pai tem, é meu.

Joel S. Goldsmith – “O Trovejar do Silêncio” – Ed. Martin Claret

Palavras não resolvem este problema. Deve ser uma convicção interna – e esta só se adquire por meio de exercícios, pela compreensão e pela prática – sem falar da graça de Deus que reside no teu íntimo. Se fores capaz de ficar sentado à cabeceira de um doente moribundo sem um vestígio de temor, porque uma voz canta no teu interior: “Este é meu filo amado... Eu sou onipontente no meu interior... Jamais te abandonarei nem te esquecerei” – então és um curador pelo espírito. Isto supõe uma evolução que só se alcança por exercícios – até que desponte o dia em que esta voz fala de dentro. Ou alguém recebe esta consciência pela graça de Deus, como um presente”.

Joel S. Goldsmith – “A Arte de Curar Pelo Espírito” – Ed. Martin Claret

Não chames a ninguém na terra teu pai: pois um é o teu Pai, que está no céu” (Mateus, 23:9). E que significa isto, exceto que se deve reconhecer a origem espiritual de todo homem?

Joel S. Goldsmith – “Viver Agora” – Ed. Ibrasa

Antes você conhecia seus amigos, seus parentes, seus pacientes e seus alunos como seres humanos; alguns bons e outros maus. Daqui em diante, você não deve conhecê-los nem como bons nem como maus, mas como seres espirituais. É um erro tanto avaliar uma pessoa como boa, como avaliá-la como má. É um erro tanto avaliar uma pessoa como rica, como avaliá-la como pobre. Você não deve avaliar qualquer pessoa segundo a carne, quer seja boa ou má. Daqui em diante, você deve avaliar uma pessoa apenas como o Cristo.
Não devemos considerar uma pessoa como carne ou como um ser humano. Não devemos glorificá-la como homem, bom ou mau, mas é melhor agora conhecê-lo não segundo a carne, mas segundo o Espírito.

Joel S. Goldsmith – "O Despertar da Consciência Mística" – Ed. Pensamento

Não devemos procurar um poder fora ou separado de nós mesmos. Nós individualizamos o poder infinito na medida de nossa conscientização da Verdade.
A Vida, que é Deus, é nossa vida. Há apenas uma Vida, e esta é a vida de todos os seres, de todos os indivíduos. Nós individualizamos esta vida eterna, e não há menos Deus em alguns seres do que em outros. E esta vida, em todos, é sem doença e imortal. Nossa consciência desta verdade é a influência curadora dentro de nós.
Existe apenas uma Consciência, Deus. Em nós se individualiza esta Consciência onipotente e onisciente; por isso, nossa consciência é o socorro sempre presente em qualquer circunstância. Por esta razão não oramos ou buscamos a um Ser longínquo, mas percebemos a onipresença da divina Consciência como nossa consciência, e deixamos que o aparente problema se vá. A percepção desta verdade nos confirma na consciência da presença da Vida, da Verdade, de Deus. A compreensão da unidade da Consciência como a nossa consciência, da Vida como a nossa vida, é a Verdade eterna.
Encontrando sua vida interior, o homem encontra a paz, a alegria, a harmonia e a segurança. Mesmo em meio a um mundo tão decadente, ele permanece indiferente e intacto – é a exata presença do Ser imortal.

Joel S. Goldsmith – "O Caminho Infinito" – Ed. Martin Claret

A Verdade é que somos filhos de Deus. Deus manifesta Sua vida sob a forma do nosso ser individual. Ele Se expressa na terra por intermédio da nossa pessoa. A Vida que é Deus é a nossa vida individual, sendo, portanto eterna e imortal. A nossa mente é a mente que esteve também em Jesus Cristo, que é infinitamente pura. A nossa alma é imaculada e nada podemos fazer para mudar isso porque Deus é a nossa alma, o nosso ser. Dando um passo à frente, o nosso corpo é o templo do Deus vivo. Essa é a verdade sobre nós, sobre a nossa vida, sobre a nossa mente, sobre a nossa alma, sobre o nosso corpo, sobre o nosso ser. Por que, então, tanta discórdia?
Pelo simples fato de procurar Deus estamos negando que o Reino de Deus se encontra dentro de nós, ainda que o saibamos e o proclamemos. Quanto mais recorremos a esforços físicos e mentais para achá-Lo, mais negamos que Seu Reino está conosco!
Nosso relacionamento com Deus é: "Eu e o Pai somos um só". Um só – não dois! Deus é; logo, eu sou. Isso é unicidade. Todo esforço para entrar em contato com Deus seria o mesmo que Joel tentar entrar em contato com Joel! Procurar é ir atrás de algo que está mais próximo de nós do que a respiração, mais próximo de nós do que as mãos e os pés! Não estamos mais distanciados de Deus do que estamos da nossa respiração, do nosso próprio ser.
Enquanto acreditamos que somos algo exterior a Deus e tentarmos regressar a Ele, enquanto forcejarmos por trazer Deus para dentro da nossa experiência, nós continuaremos a nutrir o sentimento de separação de Deus. A única maneira de superar isso é reconhecer, aqui e agora.
Orar, meditar, ler textos espiritualistas, freqüentar serviços religiosos, aulas ou conferências, tudo isso é busca de Deus, e a expressão buscar Deus pode, corretamente, ser aplicada a essas atividades. Entretanto, elas não são o mesmo que tentar mental ou fisicamente entrar em contato com Deus, coisa que, no máximo, tende a nos separar Dele, da conscientização de que Ele está dentro de nós.

Joel S. Goldsmith – "O Suprimento Invisível" – Ed. Cultrix

Você precisa entender que este ensinamento não visa a dar-lhe um método para demonstrar uma vida melhor ou mais durável, nem tampouco é um ensinamento de como usar sua mente para obter as coisas, ou para dar-lhe um pouco do poder chamado Deus para lhe proporcionar bens ou melhores condições de vida.
Este é um ensinamento que visa a tirar você da sua condição humana e levá-lo para a percepção da sua identidade espiritual. Este é um modo de vida que lhe ensina como estar no mundo, sem pertencer a ele; é um modo de vida que ensina que, desde o início dos tempos, desde antes de Abraão existir, Eu Sou, e que Eu estarei aqui até o fim do mundo.

Joel S. Goldsmith – "A União Consciente com Deus" – Ed. Pensamento